16 de febrero de 2008

Peripecias culinarias



Ahi va una foto de las albóndigas que me marqué el otro día. Estaban francamente ricas y es que el que no sepa cocinar es porque no tiene el libro de Simone entre sus manos. Desde luego mis prácticas como cocinero están mejorando mis habilidades pero sobretodo mi confianza, y es que convertir una masa de carne cruda en unas deliciosas almóndigas caseritas con su zanahoria durita, sus champis y su cebollita casi imperceptible no tiene precio. ¿A qué tienen buena pinta?

1 comentario:

Gon dijo...

Duro, pero cierto: albóndiga y almóndiga.

A propósito, te quiero.